martes, marzo 21, 2006

Primavera.



Regresa pájaro del tiempo
con tu sangre viva a recorrer
mis venas.

Estoy como la fuente helada
en el deshielo, frágil
ante el sol
y su celeste juicio.

viernes, marzo 17, 2006

Techo de la opera de Paris (Chagall)



Si pudiésemos elevar la luz
más allá de donde ingrávida se estanca
y nos deja sin suelo.

Si pudiésemos sentir su leve gloria
apoyados tan sólo en el brazo menudo
de los bancos.

Seríamos espejos sin límites
deshaciendo el tiempo.

miércoles, marzo 08, 2006

La mujer y las rosas (Chagall)



Soy así. Otra mejor os deseo.

Anna Ajmatova.


Yo soy la que se esconde de todas las banderas
la que escoge el trueno y espanta el olor macerado
de la vida.

Aquella que busca el profundo despertar de los viejos asteroides
y guarda en sus manos el verde silencio de los desfiladeros.

Desde aquí,
por que sé que el tiempo es olvido
voy subiendo al último ocaso.

Desnuda

toda infierno

indefinida como un ave que tan solo se sostiene
por el dorado instante de una palabra.

Una palabra de mármol
una palabra sin equilibrio
una palabra que espero

calladamente

bailarina en el polvo de todas las estatuas.

Soy así.

Sangre de animal esquivo en el más oscuro destierro.

Altivo jade cuando alimento el aceite que prende la mecha.

Soy el verdugo de mis propias venas
el crimen de mis dedos.

sábado, marzo 04, 2006

El sueño (Chagall)



Supón que la vida nos es fácil.

Que uno puede adormecerse al otro lado del fuego
e ir contando pulcramente las horas
hasta que en su silencio de noche sin memoria
una sonrísa húmeda invada el rostro.

Supón que no hay nada sobre la tierra
que pueda despertarnos.

Que la aspereza de los días,
es sólo algodón que besa las calles
y la penumbra del invierno,
un gato pequeño y tibio que se arrulla
en el hueco de las manos.

Supón que el dolo
no es más que una gran pompa de jabón
que avanza por los tejados
dejando tras de sí toda la suciedad
del mundo.

Y al abrir los ojos el aire es limpio
y las estrellas duermen como pájaros.

O que al llover el agua apenas moje.
O que al amar, el corazón,
perdiese su armadura.

O que al nombrar palabras como

Tiempo Amor Silencio

La vida pudiera convertitse en rubios focos de libertad
en el caoba de los ojos.