martes, enero 24, 2006



En un rincón
se cuentan los dientes dorados del verano.

La revancha de las horas era un racimo de seda
en el calor de los patios.

Tiempo lento
sol de nido bajo en la mediasombra de las piedras.

Tiempo sin hambre
seno voraz en brazos de un reflejo.

Levadura de Julio entre los arcos de lo que ya no existe.


Si no fuera al menos varias veces al día
árbol zurdo, incontrolable,
porción de asombro, ojal de plata,
cuerpo abarrotado de sombras, luz
de animal encadenado a la razón más pura.

Si no fuera escondite, balido de horas,
cartón que enciende sus orillas,
verde abandonado en la boca, tibia
consagrada a su tumba, invierno
o grillo de regreso.

Si no fuera dolorosa partida o comienzo
de millones de horas, amargo_dulce
aún no nacido, círculo rojo en las costillas,
disparo, eclipse, acertijo exotico.

Si no fuera caldo en la mesa, deidad
en mis dedos, mármol que intuye el frío.

Expiraría en los túneles sin intención de ser.

domingo, enero 22, 2006



Quise ser el pájaro sobre la tumba del primer hombre
y ofrecer mi garganta lacrimal a las estrellas de la noche
para poder devorar la cera aún caliente que alimenta
mi sed de bulbo callado y ciego cuando aúlla la angustia.

Quise oscurecida llegar por el principio de los puentes
al blanco amanecer de las cerezas sobre el suelo
sangrando su luz decapitada por la tierra en la hora
en que todo se convierte en semilla trasmutable.

Quise ese día fluir bajo la lengua y abandonar la cámara
donde rugen los deshechos de las pieles y en su voz
depositar ese viento de limosna larga que vence
a la razón y a la muerte.

sábado, enero 14, 2006




Con las rodillas rojas, desolladas
con la espalda anochecida e incompleta
con el intenso olor de lo podrido

Con los hijos en los senos rebeldes
con los sueños desatados y el deseo sujeto
con el ardiente hormigueo del cristal sobre las venas

Con el silencio en la piel y el nudo suave
con el gesto en trance y sin vestido
con la cabeza en fuga y el corazón sin leche

Con el recuerdo sin aire en la garganta
con la firma de un pacto mal escrito
con el odio acomodado en el colchón

Con la palabra leída y masticada
con el orgullo de mantener el tatuaje
con la edad a pie de foto

Con el desprecio de los cuervos obligados
con el reloj furtivo y puntual sobre la carne
con el nudo en lo alto del grito

Con la justicia de las piedras en los ojos
con la ley del frío humillando el pensamiento
con las costillas llenas de asesinos

Con el tiempo entrecruzándose al final de un verano
con la uz hundida en un vaho de silencio
con la muerte de los pájaros sin nombre

Con la cal en los ojos cuidadosamente doblados
con la estrecha mano de quien huye
con la serpiente enrocada en la conciencia

Con la sangre que mana por debajo de la tierra
con el estiércol que escala por el sudor de la ventana
con la herida desafiante

Con el deseo de hervir en la tinta
con el ansia de clavar la destrucción
con el anhelo de la estaca abriendo el corazón

Con lo amargo de todos los días
con lo amargo de andar sin apetencia
con lo amargo de batir las alas en el hambre

Voy resbalando desde los puentes hacia la claridad del agua.

domingo, enero 08, 2006




Una mujer vive a su modo.
Separa la luz
se extravía en la noche
aprisiona esqueletos sin pudor
desnuda el silencio de las calles.

A cierta hora se vuelve escalera
se detiene en las azoteas
llueve relojes incandescentes
y apena confía ya en el tiempo enloquecido.

Baja los ojos
espera
el profundo silencio que todo lo llene
o espera
el grito que aún se desconoce.

Una mujer con las horas mordidas
vive a su modo
entre una multitud de grandes cataclismos
más allá de los hombres.

Desterrando el mediodía
la raíz del barro.

viernes, enero 06, 2006




Un silencio desafía a las más dura palabra.

Es el frío perfecto de un ojo resignado
sereno y resignado
allí en la caverna que ningún ser habita.

Dispón la voz para las nubes
para la noche guarda la palabra.